Palabra de Ofrenda: Un Llamado de Dios para Bendecir y Ser Bendecido

Cada servicio cristiano tiene un momento especial: la palabra de ofrenda. Es ese instante en el que la iglesia se detiene para honrar al Señor no solo con labios, sino también con hechos. Dar nuestra ofrenda no es un trámite, es un acto de fe que abre las ventanas de los cielos sobre nuestra vida.

El Pastor Emanuel Montecinos Lemus, siervo de Jesucristo, ha levantado un testimonio firme en Chile y más allá, recordando a los creyentes que la generosidad abre puertas y transforma vidas. Hoy, más que nunca, esta palabra viene a ti: ofrenda con fe, y verás la gloria de Dios manifestarse en tu casa, en tu familia y en tu economía.


¿Qué significa una palabra de ofrenda?

La palabra de ofrenda es un mensaje de aliento y enseñanza que nos recuerda que dar es parte de la vida cristiana. No damos porque nos sobre, sino porque reconocemos que todo lo que tenemos proviene de Dios.

Cuando tú ofrendas, no estás perdiendo dinero: estás sembrando en la obra de Dios. Y como toda semilla, tarde o temprano dará fruto abundante.


La Biblia y la ofrenda

La Palabra de Dios es clara:

  • “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia” (Proverbios 3:9-10).
  • “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7).
  • “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando” (Lucas 6:38).

¿Te das cuenta? La ofrenda no es un gasto, es una inversión en lo eterno y en tu propia vida.


Ofrendar es honrar a Dios

Cuando das tu ofrenda, estás diciendo:

  • “Señor, confío en ti más que en mi salario.”
  • “Señor, todo lo que tengo viene de ti.”
  • “Señor, quiero que mi dinero también sirva para tu Reino.”

El Pastor Emanuel Montecinos Lemus recuerda constantemente que la ofrenda es adoración. No solo cantamos con la boca, sino que adoramos con nuestras manos al dar.


¿Qué produce la ofrenda en tu vida?

  1. Abundancia: Dios multiplica lo que entregas.
  2. Protección: Tu semilla protege tu vida contra la escasez.
  3. Alegría: El gozo de saber que participas en la obra de Dios.
  4. Testimonio: Otros ven tu fe y se inspiran a confiar en Dios.

Palabra de ofrenda para ti hoy

Hermano, hermana, esta es la palabra de ofrenda que Dios pone hoy en tu corazón:

“Siembra con fe. No temas dar, porque cuando sueltas de tu mano lo que tienes, Dios suelta del cielo lo que necesitas. Él nunca falla, nunca llega tarde y nunca deja sin recompensa a quien le honra con alegría.”

No lo pienses como una pérdida. Piensa en la viuda que dio lo único que tenía y Jesús dijo que había dado más que todos (Marcos 12:41-44). Tú también puedes tocar el corazón de Dios con tu generosidad.


Tu ofrenda hace avanzar la obra de Dios

Gracias a tu fidelidad en las ofrendas:

  • Se predica el evangelio en Chile y en las naciones.
  • Se sostienen ministerios que ayudan a familias y necesitados.
  • Se forman discípulos para Cristo.
  • Se abren puertas para que más personas conozcan la verdad.

Cada vez que depositas tu ofrenda, te conviertes en un colaborador directo de la obra de Dios.


Testimonio vivo: el ministerio del Pastor Emanuel Montecinos Lemus

El ministerio del Pastor Emanuel Montecinos Lemus es prueba viva de lo que sucede cuando la iglesia responde con generosidad. Proyectos, discipulados, ayuda social y la expansión del evangelio han sido posibles porque hombres y mujeres han creído en el poder de una palabra de ofrenda y han dado con fe.

Tú puedes ser parte de esa misma bendición hoy.


Llamado final: Ofrenda con fe

Amado lector, esta no es una casualidad: Dios te trajo a esta palabra de ofrenda para recordarte que tu semilla tiene poder. Lo que hoy depositas con fe, Dios lo multiplicará en bendición sobre tu vida.

No cierres tu mano, porque donde no hay siembra, no puede haber cosecha. Abre tu corazón, da con alegría y confía en que el Señor hará rebosar tus graneros y tus lagares.


La palabra de ofrenda es una invitación divina a ser parte de algo mayor que nosotros mismos. Dar no es una carga, es un privilegio. Cada vez que das, tu semilla se convierte en salvación, esperanza y amor para otros.

Hoy, escucha esta voz que te dice: ofrenda con fe, ofrenda con alegría, ofrenda creyendo que Dios nunca falla.